- Te acompañamos en los primeros mil días de tu bebé
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¿Debo visitar al/la pediatra antes del nacimiento de mi bebé?
El embarazo es un proceso en el cual la mujer percibe muchísimos cambios en su cuerpo, es una época de mucha expectativa, ilusión, preparación y en algunos casos de gran incertidumbre. En general son 9 meses (algunos/as ansiosos/as nacen antes de tiempo), en donde la familia proyecta, imagina y piensa cómo será el futuro, preparándose para el gran cambio que está por suceder en sus vidas.
En el último trimestre, con la panza haciéndose notar, con controles más frecuentes y sintiendo los movimientos del nuevo protagonista o la nueva protagonista que se aproxima, todo se vuelve un poquito más real. Los papás y las mamás empiezan a preguntar, averiguar, pedir opiniones, y dentro de toda la información nueva que reciben, uno de los consejos más importantes, es la recomendación del/la pediatra de cabecera. Por experiencia, por acompañamiento, por carisma, cada familia tiene su preferencia y eso hace que haya un/a pediatra “adecuado/a” para cada uno/a.
Entonces, ¿cuándo deben elegir o conocer a su pediatra de cabecera? Hay muchas familias que, una vez atravesado el nacimiento, ya con su bebé en brazos, deciden consultar con el/la pediatra conocido/a o sugerido/a por algún/a familiar o amigo/a. Otras familias, deciden iniciar la búsqueda con tiempo para sentirse acompañadas y calmar dudas que las inquietan, siendo este el principal objetivo de la consulta prenatal, que permite una primera aproximación de esa familia con la persona que la acompañará en uno de los desafíos más hermosos y movedizos de sus vidas.
Otro de los interrogantes frecuentes es para qué sirve una consulta de este tipo. Personalmente, creo que el vínculo de una familia con su médico o médica de cabecera es como cualquier relación. Es decir, interviene la empatía, la piel o la chispa que, como en todas las relaciones, pueden estar como no. El vínculo con un/a pediatra es un ida y vuelta, y es fundamental que siempre estén presentes la confianza y el respeto. La confianza sirve para poder disipar dudas, preguntar o compartir cualquier tipo de miedo y el respeto, debe estar presente, porque los/as encargados/as de tomar las decisiones en cuanto a la crianza son los mapadres y el/la pediatra los acompaña a decidir qué camino quieren tomar, orientándolos cuando las cosas no son seguras.
En la consulta prenatal, el/la pediatra escucha sus preguntas, inquietudes, ansiedades y expectativas. Pero la mayoría de las veces todas esas consultas y suposiciones con las que concurren a la consulta hacen un giro 360° cuando deben ponerse en práctica. Por ejemplo, uno/a puede proyectar cómo quisiera dormir o cómo quisiera actuar ante ciertas situaciones, pero recién una vez conectados con ese/a bebé piel con piel, se podrá evaluar cómo resolver cada desafío.
¿Cuáles son los temas que se tratan en este primer encuentro? Principalmente charlamos sobre los primeros momentos del/la bebé en la clínica/hospital, abarcando muchas veces las dudas más comunes; como la preparación de una cuna segura, qué cosas suceden en el momento del nacimiento con el/la bebé, cómo presentar el bebé o la bebé a las mascotas que tienen en su hogar, calendario de vacunas, estudios que se realizan en el recién nacido o la recién nacida, pautas de higiene del pañal y baño, etc.
Dentro de todos los temas, considero que existen 3 puntos fundamentales:
Es importantísimo charlar con la mamá, qué tipo de alimentación desea ofrecerle a su bebé; principalmente si desea amamantar. Es esencial no tomar por sentado que la madre puede/desea hacerlo y, en este primer encuentro, se aclaran dudas generales, se comprende y defiende su deseo y posibilidades. Si opta por dar el pecho, el primer contacto con la lactancia surge en la clínica y posteriormente se irá trabajando en conjunto con su pediatra de cabecera y el/la puericultor/a, de ser necesario. Siempre remarcamos que el uso de chupete es una pauta de prevención de muerte súbita, pero se sugiere ofrecerlo una vez que esté bien establecida la lactancia, aproximadamente a las 3 semanas de vida, porque la posición de la lengua varía entre la succión del pecho materno y la tetina.
Los/as bebés habitualmente pueden presentar un descenso de peso del 10-12 % en los primeros días de vida, por lo que es común que la externación de la clínica sea con menor peso al del nacimiento. Es fundamental el seguimiento y participación del pediatra, para controlar como es la alimentación del/la bebé, la hidratación y evolución del peso.
Visitas. Es una realidad que tras el nacimiento de un/a bebé, familiares y amigos/as solicitan un espacio en la agenda de esa nueva familia para poder conocerlo/a. Los primeros días son esenciales para esa/e mamá/papá y hermanos/as (si hay) con el/la nuevo/a bebé. Es el momento para conocerse, pasar horas con él/ella en sus brazos, conectando piel con piel, escuchando únicamente sus voces y ruidos. Es el tiempo para empezar a organizarse y sentirse “superpoderosos/as” por lo maravilloso que han logrado. Entonces, ¿son necesarias las visitas? Si las mismas colaboran con la logística familiar, bienvenidas sean, pero tratando de priorizar el deseo de ese/a bebé, de estar la mayor parte del tiempo con sus madre y padre, sin llevarlo de un brazo a otro.
Como las mencionadas, se presentan muchas más inquietudes, pero recuerden que todas las dudas que van surgiendo, muchas veces se responden una vez que tienen a su bebé en brazos. Permítanse no tener todo planeado, sabiendo que algunas cosas se acomodan solas y que podrán contar con el acompañamiento de ese/a profesional que seleccionaron para apoyarlos/as en este nuevo camino.
Y, como digo en mis consultas prenatales, nos volvemos a encontrar una vez que haya empezado el nuevo desafío, del otro lado de la pantalla, acompañándolos/as a mapaternar con sus aciertos y desaciertos, pero siempre decidiendo desde el amor.
AUTOR:
Dra. Valentina María Lamas
MN: 171661
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