¿Cuál es la mejor leche para alimentar a mi bebé?

Los datos más importantes de esta nota son:

  • La lactancia materna exclusiva (LME) es recomendada por la OMS hasta los 6 meses y complementada hasta los 2 años o más por sus beneficios nutricionales y conexión madre-bebé.

  • En los casos donde la lactancia no es posible o elegida, las fórmulas infantiles son el reemplazo adecuado.

  • Lo esencial es que la alimentación, sea con pecho, fórmula o mixta, se desarrolle en un ambiente sin presiones, priorizando el bienestar emocional de la madre y el bebé.

Si nos ponemos a pensar cuáles son los principales temas que surgen en las consultas médicas pediátricas, la respuesta puede ser muy variada, muchas veces gira en torno a qué hacer con la alimentación de mi hijo/a. Frente a un/a recién nacido/a, en el primer encuentro con el/la pediatra de cabecera, muchas veces se da por sentado que la familia elige la alimentación a través del pecho materno; sin embargo, como todas las personas son diferentes y cada familia es un mundo, surgen las preguntas: ¿es realmente posible en este niño o esta niña la lactancia materna exclusiva (LME)? ¿Cuál es la mejor forma de alimentación para este/a niño/a en particular? ¿Qué es lo mejor para ese/a bebé? Hoy, mi objetivo será desarrollar por qué se prefiere o indica en primera medida la alimentación a través del pecho materno, aunque esta indicación no se aplique en el 100 % de los casos.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda el pecho materno exclusivo hasta los 6 meses de vida y posteriormente complementarlo con alimentación hasta aproximadamente los dos años. Es indiscutible que la leche humana, la leche materna, cuenta con infinidad de beneficios con relación a una leche de fórmula, pero ¿cuáles son?

Personalmente, creo que hay cuatro conceptos claves que hacen que ésta sea la primera opción para la mayoría de las familias. En primer lugar, tenemos el factor nutricional, luego el factor protector, seguido por la microbiota y finalmente la conexión entre madre e hijo/a. A continuación, explicaré un poco a qué se refiere cada uno de ellos.

  • FACTOR NUTRICIONAL: la leche humana cuenta con el equilibrio perfecto de aporte de hidratos de carbono, grasas y proteínas necesarias para el/la bebé durante los primeros meses de vida. Dada la configuración de estos elementos, los mismos se absorben de manera “fácil y optimizada”, cubriendo las necesidades nutricionales del bebé o la bebé hasta el sexto mes de vida sin ser necesario ningún suplemento extra, salvo la vitamina D en algunos casos.

  • FACTOR PROTECTOR: a través de la leche materna, el/la bebé adquiere la primera línea de defensa, recibiendo anticuerpos, factores de crecimiento y de protección que previenen enfermedades de curso agudo, como infecciones, o crónico, como aumento del colesterol u obesidad. 

  • MICROBIOTA: el cuerpo humano se encuentra colonizado de una infinidad de microorganismos que se encargan de tareas fundamentales para el correcto funcionamiento de nuestro cuerpo. Es decir, en los distintos órganos contamos con “gérmenes” en cantidades equilibradas para no generarnos enfermedad, que tienen funciones primordiales, como por ejemplo en la piel cumplen el rol de barrera protectora, en el intestino colaboran para la absorción y optimización de nutrientes, etc. En esta línea, la lactancia materna es una de las primeras fuentes de esos microorganismos, permitiendo que el bebé adquiera y empiece a generar su propio pool de microbiota. 

  • CONEXIÓN: aquí el punto se da en el contacto piel con piel, momento en el cual el bebé rememora cuando estaba dentro de la panza de la mamá por lo que resulta un factor de calma, relajación y desarrollo afectivo para ambos/as. Hay que tener en cuenta que el “lugar seguro” de un/a bebé, es la madre: su aroma, sus ruidos, su calor, su voz. 

No obstante, las características de cada uno y lo elemental que resultan para el desarrollo del niño o la niña, solo uno de ellos tiene la característica de ser irremplazable. Estamos hablando de la propiedad de transmitir anticuerpos y capacidad protectora contra infecciones. El resto de los conceptos, aunque considero que son fundamentales para mencionar como beneficios de la lactancia materna, son posibles de lograr a pesar de que no se realice la misma. 

De hecho, hay ciertos casos en los que no resulta aconsejable dar el pecho; o la madre no desea dar de amamantar; o mismo sucede que no se logra una lactancia efectiva y, en ese caso se recomienda en su reemplazo fórmulas infantiles, el bebé logra obtener beneficios “parecidos” a nivel nutricional, ya que son desarrolladas para cubrir todos los requerimientos nutricionales que el lactante necesita. Obviamente no son los mismos, pero ante la situación particular en la que una LME no es posible de llevarse adelante, esto no debe tener un impacto negativo para esa mamá, generando culpa, responsabilidad ni frustración, porque un vínculo saludable entre esa mamá y bebé será posible de todas formas.

A su vez, hay que tener en cuenta que la elección de la lactancia materna y el establecimiento de la misma implica un trabajo en equipo entre ese/a bebé, padre, madre, el/la pediatra y en muchos casos también los/as puericultores/as. Es importante que la responsabilidad del progreso de peso, de una buena prendida al pecho (acople) y de una succión efectiva del bebé no dependan únicamente de la madre. Si bien es ella quien pone el cuerpo, es necesario un buen núcleo de apoyo y contención entre las personas y profesionales anteriormente mencionados/as. La lactancia materna exclusiva es algo por lo que se debe trabajar e implica tener paciencia, siempre recordando que vale la pena y que el mapaternar lleva a pensar y repensar cuáles son los pasos a seguir, pero sin dejar de lado la importancia de adaptarse y amoldarse sobre la marcha con ese/a nuevo/a persona que llegó a sus vidas para desordenar todo lo ordenado. 

Como conclusión, personalmente recomiendo la forma de alimentación que esa mamá y bebé puedan y logren hacer al combinarse, sea una alimentación con pecho materno exclusivo, leche de fórmula o mixto. Creo que es más importante el vínculo de ese binomio en el momento de la alimentación -sin presiones, ni exigencias y permitiéndose disfrutar- que la forma en sí de la misma.

Los invito a que se informen, pregunten y averigüen, siempre teniendo alrededor gente que aliente a esas mamás a sentirse poderosas sin importar de qué forma decidan realizarlo debido a que, sea la que sea, la decisión que tomarán será desde el amor.

  • https://www.argentina.gob.ar/sites/default/files/lactancia_cuadernillo.pdf

  • Guias alimentarias para la población infantil, MSAL 2010

  • Guía práctica clínica sobre alimentación complementaria para niño y niñas menores de 2 años. MSAL. 2021

  • González HF, Carosella M, Fernández A. Riesgos nutricionales en lactantes que no reciben lactancia materna exclusiva en los primeros seis meses de la vida. Arch Argent Pediatr 2021;119(6):e582-e588.

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