El apego y su función estructurante

Los datos más importantes de esta nota son:

  • La Disponibilidad Psíquica Absoluta, es la capacidad de la madre para traducir las emociones de su hijo o hija.

  • Cuando el o la bebé percibe a su cuidador/a como confiable y disponible, surge el apego seguro y facilita su desarrollo emocional. El apego en la infancia influye en la vida adulta, afectando la capacidad para manejar vínculos y frustraciones.

  • Hay distintos tipos de apego: seguro, ansioso ambivalente y ansioso evitativo, según la relación con el/la cuidador/a.

  • El entorno debe aliviar a la madre de tareas, permitiéndole enfocarse en su bebé.

“Hierbecita temblorosa asombrada de vivir, no te sueltes de mi pecho ¡duérmete apegado a mí!”

Apegado a mí, Poesía de Gabriela Mistral.

Para hablar de apego es fundamental poder hablar de Disponibilidad Psíquica Absoluta. La disponibilidad psíquica absoluta es la capacidad de la madre de traducir emocionalmente al niño o a la niña. Una madre que puede ejercer esta función desde su disponibilidad psíquica absoluta para con el niño o la niña, se vuelve una base vincular segura y confiable para el/la niño/a. Sólo a partir de una base confiable, se puede desarrollar un apego seguro. 

Bowlby (1988) planteó la hipótesis de que tanto los/las bebés como las madres han desarrollado una necesidad biológica de mantenerse en contacto mutuo. El factor determinante del apego no es la alimentación, sino el cuidado y la capacidad de respuesta, o sea, la protección. La relación de apego entre el niño o la niña y su cuidador/a principal conduce al desarrollo de un modelo de funcionamiento interno.

Mary Ainsworth identificó tres tipos de apego: apego seguro, apego ansioso ambivalente y apego ansioso evitativo. 

El apego inseguro, ya sea ansioso evitativo o ansioso ambivalente, es producto de que el/la bebé leyó una falta de confianza hacia la madre. Es decir, la madre no pudo ser esa base segura de disponibilidad psíquica absoluta para que su bebé pueda decodificar que ella es una base segura vincular en la cual confiar. Ante esta situación y ante las imposibilidades de la madre de estar disponible psíquicamente para el niño, es que se forma el apego inseguro, ya sea en su vertiente evitativa o en su vertiente ambivalente. 

Muchas veces sucede que los primeros tiempos de la maternidad no son sencillos para la mujer. Por eso es tan importante el acompañamiento del ambiente facilitador, es decir, de la red de contención que la madre tenga. 

La presencia de dicha red, le permite a la madre hacer foco en el/la niño/a, y quien ocupe la función paterna (o función de regulación y corte), o bien, la red de sostén familiar o social, deben dar seguridad afectiva a la madre, para que la madre pueda habilitar su disponibilidad psíquica absoluta para el cuidado del niño o la niña, y así volverse confiable para él o ella.

El apego seguro se forma a partir de que el niño o la niña puede leer desde los primeros días de vida, que su cuidador/a y base vincular es confiable y disponible. 

El tipo de apego que se haya formado en la primera infancia se manifiesta en las situaciones concretas de nuestros vínculos de la adultez, y en los recursos con los que contamos para afrontar situaciones de fracaso.

La tolerancia a la frustración, la tolerancia a la espera, la capacidad de estar a solas, que a su vez impacta directamente en la complejización de la creatividad, tiene su origen en la formación del apego. 

Un niño/a con apego seguro es un niño/a que puede explorar, que confía en que su base segura vincular va a volver, es un/a niño/a que confía en la presencia de su base segura vincular, aun cuando esta se encuentra ausente.

Un niño o una niña de apego evitativo es un/a niño/a que, como su base segura vincular no le fue confiable, evita establecer ese vínculo de apego con quien no resultó confiable para él o ella.

Esto se traducirá en la vida adulta, en la dificultad de establecimientos vinculares por miedo a que los futuros vínculos no sean seguros, y de manera defensiva, al momento de involucrarse afectivamente, evitará dichas situaciones. 

En el apego ansioso ambivalente, el niño o niña quiere y no quiere establecer el vínculo con la figura de apego. Se acerca a la figura de apego que no fue confiable, pero la rechaza también. 

Todas estas situaciones forman parte de lo que se puede prevenir, si esta información llega en los primeros momentos del encuentro vincular entre la díada. 

Si podemos acompañar a las madres o a quien funcione como primer objeto de amor para el niño o niña en los primeros días de su vida, y apoyarla en esa primera etapa, donde la disponibilidad psíquica absoluta permite la traducción de los estados emocionales del recién nacido o recién nacida, estaremos colaborando con la formación de un vínculo seguro y saludable.

¿Cómo fortalecemos y estimulamos un apego seguro?

Con la mamá: acompañándola y estando disponibles para ella de modo tal, que ella pueda poner toda su atención a las necesidades de su hijo o hija, privilegiándolas, más allá de las situaciones que acontezcan en el entorno. 

Disponibilidad psíquica absoluta, significa bajar el volumen de todo lo que pasa en el entorno para sólo poder escuchar y traducir las emociones de un/a bebé que recién se está estructurando psíquicamente.

Con el/la bebé: con disponibilidad psíquica absoluta de parte de la madre para la traducción de los estados emocionales del bebé o la bebé y sus respuestas asertivas a los mismos, de modo tal que ella pueda ser significada como una base vincular, segura y confiable por y para el niño o niña.

¿Cómo acompaña en esto el entorno?:

  • Aliviando las tareas de la madre, asegurando que el día a día sea más sencillo para la madre en las cuestiones domésticas y cotidianas.

  • Ayudando a la madre puérpera, escuchando lo que necesita y reafirmándola en su función para que ella se sienta segura y, desde su seguridad, se vuelva una base confiable para este niño o niña que recién se está desarrollando. 

  • Estando atentos a las necesidades de la madre, adelantándonos a lo que ella necesita, para que ella no tenga que sobrepensar situaciones y pueda verlas resueltas en lo inmediato, para seguir abocada al cuidado disponible de su bebé, no solamente desde lo físico sino también desde lo psíquico. 

  • Acompañarla, aliviarla de preocupaciones, de obligaciones, y que su principal objetivo sea mirar al niño o a la niña, y posicionar su mirada exclusiva en él o ella.

    Allí reside la importancia del entorno, porque si se presentara alguna dificultad en el vínculo madre-bebé, es el entorno el que va a tener que proveer al niño recién nacido o la niña recién nacida, de una figura de apego exclusiva que pueda cumplir la función de base segura vincular y confiable.Este primer vínculo al que el niño o la niña accede con su primer objeto de amor, es un vínculo que impactará en el tipo de apego que se forme, lo que incidirá durante toda su vida, acompañando los momentos más importantes de la vida que, según haya sido la formación de su apego, va a poder instrumentar los recursos necesarios para enfrentar las adversidades que se le vayan presentando en el día a día. 

Cortito y al pie:

Estimulamos el apego seguro:

  • Cuidando asertivamente a la madre

  • Con disponibilidad psíquica absoluta de parte de la madre para con el niño o la niña, de modo tal que sea una base vincular segura y confiable para éste.

  • Entorno disponible para satisfacer las necesidades de la díada madre-bebé.

Palabras claves: apego, disponibilidad psíquica absoluta, entorno atento y cuidadoso, traducción y contención de las emociones de la madre, traducción y contención de parte de la madre, de las emociones del niño o la niña.

     Lic. Aurora Lucero

     Psicóloga

     MN: 40.608

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