Beneficios de la leche infantil: Nutrientes claves para el crecimiento

La lactancia materna constituye el alimento más completo desde el punto de vista nutricional e inmunológico indicado exclusivamente para el/la bebé hasta los 6 meses, y luego acompañando la introducción de nuevos alimentos y alcanzando la mesa familiar más allá de los 2 años de vida. Existen situaciones que requieren el uso de fórmulas infantiles en reemplazo o como complemento de la lactancia.  Por ello y teniendo en cuenta que la leche de vaca entera como tal no está recomendada como alimento predominante durante el primer año de vida por su bajo valor nutricional, surgen las fórmulas infantiles que están diseñadas con el objetivo de cubrir las necesidades de nutrientes hasta el primer año de vida. 

A partir de ese momento, el/la niño/a debería estar aceptando gran variedad de alimentos para lograr alcanzar sus necesidades nutricionales, desplazando paulatinamente su alimentación láctea, construyendo un patrón alimentario completo y saludable propuesto en las guías de alimentación para la población mayor de 2 años.

Estas leches infantiles están destinadas a satisfacer parcialmente las necesidades nutricionales de niños y niñas de 1 a 3 años. Su ingesta puede aumentar el aporte de algunos micronutrientes en este grupo de edad específico. Sustituyen con frecuencia a la lactancia materna, por eso es importante aclarar en qué situaciones pueden ser beneficiosas.

Un niño o una niña que recibe lactancia materna y dieta variada no requiere este tipo de leches infantiles o leches de crecimiento. Sin embargo, en aquellos/as niños/as en que la lactancia ha cesado, y requieren de una leche de transición hasta afianzar su aceptación de una alimentación variada y balanceada, podrían resultar una opción válida. 

Estas leches se elaboran a partir de leche de vaca entera y la industria le realiza una serie de modificaciones como el agregado de nutrientes de gran importancia para los primeros años como hierro, zinc, vitaminas, omega 3 y 6, fibra.

El hierro es un nutriente de gran importancia en la edad pediátrica y cuando su ingesta es insuficiente puede provocar anemia y bajo desempeño cognitivo. El zinc por otra parte es necesario para que muchas funciones de nuestro cuerpo ocurran adecuadamente. Las vitaminas como la A y la D también cobran relevancia colaborando en la salud de la visión y de los huesos. Los omega 3 y 6 colaboran en el sistema de defensas. La fibra constituye un aporte esencial para la salud intestinal favoreciendo el barrido de sustancias nocivas y promoviendo el desarrollo de una flora intestinal saludable.

Es importante destacar que no son un alimento completo para esta etapa, sino que debe continuarse con la educación en la incorporación de variedad de alimentos. 

• No deben utilizarse en reemplazo de alguna comida diaria.

• No deben tener azúcar agregado.

• Pueden ser la transición a una dieta balanceada con alimentos de todos los grupos. 

• No reporta ningún beneficio adicional a aquellos/as niños/as que se alimentan con pecho materno y dieta variada más allá del año de vida. 

• No constituyen el reemplazo de ninguna otra fórmula que se utilice con fines de tratamiento nutricional. 

Consultar siempre a un/a profesional especialista en pediatría.