La importancia del padre en el embarazo: sostén emocional y protección

Los datos más importantes de esta nota son:

  • Gran parte de la intervención que el padre pueda tener durante la gestación está mediada y facilitada por la madre, siempre y cuando la mujer se sienta contenida y apoyada, encontrando en el hombre un compañero que la sostiene en la experiencia.

  • El rol fundamental del hombre durante la gestación es cuidar y preservar a la madre, a su futuro o futura bebé y al vínculo que se establecerá.

  • La mejor forma de sostener a la madre gestante es protegiéndola del mundo exterior (familia, amigos, amigas, trabajo) y sus demandas.

Embarazo: Vínculo con bebé en la panza.

El concepto de la paternidad fue reconfigurándose en los últimos años, de modo tal que el hombre empezó a tener mayor protagonismo en el acompañamiento y la crianza de los/as hijos/as. Sin embargo, muchas veces se escucha a los hombres relatar que el embarazo es una experiencia que les queda ajena, ya que todas las vivencias de la mujer quedan dentro de la experiencia del otro, más allá de ellos mismos. 

Los padres tradicionales priorizaban el rol de proveedores de sus familias, buscando mayor carga laboral para un bienestar económico al momento del nacimiento de su bebé, y les resultaba incómoda la idea de quedarse en el hogar con sus hijos/as, por lo cual la tarea de crianza quedaba en el ámbito de las mujeres. 

Actualmente, hay un creciente interés por estudiar las experiencias masculinas en torno a la paternidad y es notable el cambio en el rol del hombre, que ahora, quiere compartir decisiones y responsabilidades en lo que concierne a la vida cotidiana del niño o la niña. Sin embargo, muchos estudios demuestran que el hombre sigue entendiendo que el embarazo otorga a las mujeres un conocimiento privilegiado del futuro hijo o la futura hija, lo cual a veces, esta situación los hace sentir lejanos y desconectados de la experiencia. 

Es la mujer quien puede sentir en su cuerpo, el crecimiento del feto, lo que establece una relación concreta entre ambos/as, ya que ella puede ir cargando de sentido y significado, la vida intrauterina de su hijo o hija. Y a esta experiencia, el hombre puede acercarse a través del relato que la madre le ofrezca. Este relato, es lo que propiciará el encuentro entre el padre y el bebé o la bebé en gestación. Por lo cual, es interesante pensar que gran parte de la intervención que el padre pueda tener en este tiempo, está mediada y facilitada por la madre y la palabra que ella otorgue y habilite para el ingreso del padre a esta experiencia. Dicho relato será puerta de entrada, siempre y cuando la mujer se sienta contenida y apoyada, encontrando en el hombre un compañero que la sostiene en la experiencia de la gestación. 

Si esto no se diera de esta manera, la madre, más que encontrar un compañero, convertiría al padre en un objeto persecutorio que la expone a una situación de alerta innecesaria.

¿Cómo acompaña el padre al embarazo como experiencia vivida en otro cuerpo?

  • Sosteniendo emocionalmente a la madre.

  • Estando atento a sus necesidades emocionales y materiales.

  • Protegiendo a la madre de las exigencias que el mundo externo pone mediante el trabajo, la familia, los/as amigos/as o responsabilidades que deben pasar a un segundo plano durante la gestación. 

  • Expresando sus propias emociones ante una experiencia que es vivida en otro cuerpo pero que los implica a los dos. 

  • Escuchando las necesidades y emociones de la madre, validándolas.

  • Cuando hay otros/as hijos/as, tomando la posta en las cuestiones de crianza para que la madre pueda disponer de mayor resto psíquico para la conexión con el embarazo y la gestación del nuevo hijo o la nueva hija.

  • Sosteniendo los estados emocionales de hijos/as mayores, que siempre tienen regresiones ante la llegada de un nuevo hermanito o una nueva hermanita.

  • Regulando la intensidad y participación de familiares y amigos/as en la cotidianidad de esta familia en formación, de modo tal, que no sea la madre quien ponga límites a un entorno que, por exceso de presencia, puede resultar perturbador. 

Actualmente, se observa que el hombre va reconfigurando su rol y renegocia su participación, aceptando tener un rol de apoyo y ocupar una posición subordinada, entendiéndose a sí mismo como “a disposición de la mujer”, lo que le permite construir una imagen positiva de sí mismo, aceptando que sus intereses queden en segundo lugar y demostrando tener empatía por los procesos que atraviesa la mujer durante el tiempo de gestación. 

En efecto, durante la etapa del embarazo, los futuros padres buscan una posición legítima desde la cual participar. Quieren sentirse parte del proceso, y para que esto pueda llevarse a cabo, es importante que el hombre se visibilice como la membrana que protege y facilita los intercambios de la madre gestante y el mundo exterior. Este rol fundamental que ejerce el hombre durante la gestación, cuida y preserva a la madre, al/la futuro/a bebé y al vínculo que se establecerá entre ambos/as. 

Una madre que se siente cuidada, protegida, entendida y acompañada, es una madre disponible para sostener y traducir al recién nacido o la recién nacida y sus estados emocionales de dependencia absoluta. Un padre disponible para la madre, es el pilar fundamental de la salud mental perinatal.

Cortito y al pie:

  • La mejor forma de sostener a la madre gestante es protegiéndola del mundo exterior (familia, amigos/as, trabajo) y sus demandas.

  • Validando las emociones de la madre, a través de la escucha atenta y la palabra oportuna.

  • Validando las propias emociones y hablándolas en pareja las veces que sean necesarias.

  • Aliviar de tareas cotidianas de crianza a la madre gestante, cuando hay otros/as hijos/as que presentan diversas demandas. 

  • Escuchar los relatos de gestación de la madre y conectar con las emociones que los mismos generan y hablar de ellas también. 

  • Proteger y proveer emocional y materialmente a la madre, de modo tal que la misma, pueda concentrarse en el cuidado del embarazo y todo lo que dicho proceso genera en ella. 

    Buscar nuevas formas de parentalidad, es un acto creativo y amoroso. Amar, en sí mismo, es un acto creativo y ese amor, es el que permite identificar necesidades y procesos y en función de ello, generar experiencias de sostén y acompañamiento que sean reveladoras para el/la otro/a y para nosotros/as mismos/as.Sólo cuando aprendemos a descentrarnos de nuestras propias necesidades, podemos concentrarnos en las ajenas. Un padre disponible para su bebé, empieza por ser un padre disponible para la madre, en todos los aspectos y necesidades que ella presente.

AUTORA:

Lic. Aurora Lucero

Psicóloga

MN: 40.608

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