Familias diversas: construyendo vínculos a través del amor

Lo que necesitás saber:

  • Lo esencial en cualquier parentalidad es que la nutrición física, psíquica y emocional estén presentes.

  • En Argentina, la ley de adopción permite que familias diversas brinden un entorno afectivo y saludable. Acompañar las diversas configuraciones familiares es un acto de amor y responsabilidad.

  • Un entorno facilitador, como tíos/as, abuelos/as, y amigos/as, apoya las funciones parentales y enriquece el desarrollo del niño o la niña.

La homoparentalidad, al igual que la heteroparentalidad y la monoparentalidad, se tratan del compromiso asumido de amar y cuidar la vida de un niño o niña y alojarlo/a como hijo o hija. Sabemos que las funciones parentales pueden ser ejercidas por distintas personas, lo importante es que dichas funciones estén presentes y se cumplan. 

Alojar a un/a niño/a como hijo/a, es un profundo acto de amor que va más allá del modo en que ese niño o niña llegó a nuestras vidas. Hay muchas formas de tener hijos/as, ya sea mediante la propia gestación, la gestación subrogada o la adopción. 

Ahora bien, hay una gestación que es común a todas y no puede faltar: la gestación psíquica. Para que demos vida psíquica a un hijo o una hija y lo/a alojemos como tal, es necesario haberlo/a gestado psíquicamente en el deseo. 

La homoparentalidad está directamente ligada a la heteroparentalidad, porque en ambas se trata de una pareja parental que puede ejercer las funciones parentales de nutrición (física, psíquica y emocional) y de regulación y corte. 

Un niño o una niña, en el proceso de ser alojado/a como hijo/a, adjudica dichas funciones a los miembros de la pareja parental, identificando a uno u otro con la función nutricia (alimento físico y psíquico). Lo mismo sucede con la función de regulación y corte (límite y organización). Dichas funciones tienen que poder desarrollarse y estar presentes, para poder llevar a cabo el proceso de estructuración o reedición psíquica en el niño o la niña, haya sido gestado o adoptado.  

En el caso de la adopción, actualmente en Argentina la ley otorga a los/as niños/as el derecho de una familia, y dicha familia puede tener configuraciones diversas. Esto permite que muchos/as niños/as que están en situación de protección de sus derechos, con dictamen de adoptabilidad, puedan formar parte de familias homo, mono y hetero parentales, de modo tal que cuenten con la oportunidad de desplegarse psíquica, física y afectivamente, en el pleno ejercicio de sus derechos. 

Los/as niños/as logran establecer la función de familia y filiación con las parejas adoptantes, reeditando su psiquismo en el acto amoroso de ser alojados/as como hijos/as, mediante los cuidados exclusivos, propios de la crianza. En la actualidad el concepto de la estructura familiar tradicional ha evolucionado y se ha diversificado hacia nuevas formas de convivencia.

Una familia es el espacio en el cual una persona puede desplegarse afectivamente, construir su identidad y formar su personalidad, contando con recursos y estrategias que le permitan desplegarse en su dignidad de persona, para llevar adelante y disfrutar una vida sana y feliz. Siempre y cuando las funciones parentales de nutrición y regulación y corte estén presentes, el proceso de estructuración saludable de la personalidad, es posible. 

¿Cómo acompañar la conformación de la nueva estructura familiar?

  • Validando a madres o padres con los/as niños/as.

  • Respetando el modo en que los/as niños/as se dirigen a sus mamás o a sus papás: en el caso de la adopción, hay niños/as que optan por llamarlos/as por los nombres, o bien agregando el nombre a continuación de la función “mamá Carla, mamá Laura” “Papá Facu, papá Tomás” “las mamás” “los papás”.

  • Ayudando a cada miembro de la pareja parental a llevar adelante una de las dos funciones, de modo tal que el niño o la niña pueda identificar y adjudicar cada función a un miembro en específico, validando desde el entorno, las funciones que identificamos como adjudicadas en los miembros de la pareja parental. 

Elegir conformar una familia, es un acto de entero amor y generosidad, ya que es un acto de renuncia a muchas cosas en función del bienestar de otro.

Acompañar las diversas configuraciones familiares, es otorgar derechos a niños/as y adultos/as. Y el derecho más importante que se otorga, es el derecho a amar y ser amado/a, en un ámbito de cuidados y responsabilidad. 

Siempre y cuando estén presentes las funciones parentales, más allá de la conformación familiar de la que se trate, estaremos frente a la oportunidad infinita de formar y amar otra vida, saludablemente.

Cortito y al pie: 

  • Una familia es el ejercicio de funciones parentales.

  • Para ello, la familia que se configure, requiere de un entorno facilitador para el ejercicio de las distintas funciones parentales. 

  • Tíos/as, abuelos/as, primos/as, amigos/as, tienen que mostrarse disponibles para acompañar el ejercicio de las diversas funciones parentales que niños y niñas proyectan y adjudican. 

Joaquín es un niño que fue adoptado por dos papás a quienes quiere mucho, y con los que disfruta de armar familia, y quienes ejercen magistralmente sus funciones parentales.  Pero Joaquín disfruta también de encontrar en una de sus tías una figura femenina con la que establece una relación de complicidad para gustos personales en el vestir y en lo artístico. Sus dos papás valoran la disponibilidad de esta tía y sienten que, con la presencia de ella, Joaquín multiplica sus oportunidades. 

Después de todo, de eso se trata el buen amor: de multiplicar oportunidades.

  Autor: Dr. Martín Gruenberg

  Mn 787

  Ig @pediatradefamilia

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