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El destete: una decisión solamente tuya
El destete es una etapa más dentro de la lactancia materna. Es el proceso a través del cual mamá y bebé dejan de compartir una manera única, especial y significativa de vincularse. Es la transición de la lactancia materna a una forma diferente de alimentarse. Este proceso puede generar muchas dudas y emociones tanto en la madre como en su el bebé. Por ello, es fundamental abordar este momento con acompañamiento profesional respetuoso, amoroso y esto, requiere de mucha sensibilidad y conocimiento adecuado.
Como puericultora, considero importante conversar con la mujer que acompaño sobre cuál es el motivo que la lleva a tomar la decisión de destetar a su bebé. Muchas veces la respuesta es por algún consejo, o se ve influenciada por su entorno. Más allá que se trate de la familia o amigos/as, siempre esta sugerencia u opinión tiene argumentación real, sólida y quizás no contempla el deseo o necesidad de la madre y su bebé.
Las mujeres relatan recibir comentarios comunes como:
“Tu leche ya no lo alimenta, es pura agua”.
“Ya tiene dientes, te va a morder”.
“Es muy grande para que siga tomando teta”.
“Si le seguís ofreciendo teta no aceptará otros alimentos”.
Entonces es importante que el destete sea una decisión que no esté influenciada por nadie, que sea una iniciativa de la mujer. Además, es importante que pueda contar con la ayuda profesional para poder llevarla a cabo. Una vez tomada la decisión, es conveniente ir hacia adelante y no retroceder para no generar un doble mensaje tanto para el o la bebé, como para la fisiología del cuerpo. Cuanto menos se ofrece, comienza a actuar el FIL (factor inhibidor de la lactancia) y así el cuerpo entiende que tiene que ir produciendo menos y de esta manera evitamos que se produzca una congestión mamaria. En caso de tener una producción muy excesiva, existe una manera medicamentosa de inhibir la producción. Esta opción siempre debe ser consultada e indicada por un/a médico/a.
¿Cuándo iniciar el destete?
El momento adecuado para comenzar el destete puede variar significativamente de un/a bebé a otro/a . La Organización Mundial de la Salud recomienda la lactancia materna exclusiva durante los primeros 6 meses de vida y continuar amamantando hasta los 2 años o más, complementada con otros alimentos. Sin embargo, el destete debe ser un proceso personalizado, adaptado a las necesidades y circunstancias de cada binomio Mama-Bebé.
En otros casos, el destete es un poco abrupto o repentino debido a alguna situación médica que deba afrontar la mama, por ejemplo, algún tratamiento oncológico, o alguna cirugía. También, puede deberse a algún medicamento que no es compatible con la lactancia, aunque esto es poco frecuente, la mayoría es compatible con la lactancia materna. En caso de una intervención o internación médica materna no tan prolongada, siempre se puede suspender la lactancia, luego relactar.
Hay bebés que se destetan espontáneamente por decisión propia. En esos casos, si bien la mamá quiere seguir amamantando, es importante respetar y acompañar la iniciativa del/la bebé.
En otros casos, el destete es por necesidad o decisión materna. Para esa etapa también las puericultoras ofrecemos acompañamiento adecuado, para que el retorno al trabajo no afecte a la lactancia materna.
Me gusta guiar este proceso ofreciendo una regla mnemotécnica “TETA”:
Necesitamos de Tiempo, Espacio, Tema y Acompañamiento.
Tiempo: vamos a planificar el destete en un tiempo que estará determinado según cual sea la frecuencia de las tomas, si el o la bebé toma 6 veces por día, pues el destete nos llevará 6 semanas, la propuesta es reducir una toma por semana, de estar más apurados serán 2 por semana. Esto puede hacerse eliminando primero las tomas que parecen ser menos prioritarias para el o la bebé, generalmente las del día antes que las nocturnas. La última teta en sacar es aquella que sea más significativa para mamá y bebé, a veces es la del reencuentro al volver del trabajo, o la previa a dormir.
Espacio: evitar aquellos lugares o ambientes donde usualmente nos disponemos a amamantar, quizás es evitar sentarnos en ese sillón donde el o la bebé ya asocia con la teta, o acordar con el o la bebé los espacios donde la mamá si prefiere dar la teta y en cuáles ya no se siente cómoda.
Tema: cuando el/la bebé pide teta, cambiar de tema, proponer otra actividad, distraer con otra propuesta, ofrecer otro alimento.
Acompañamiento: este punto es clave, para esta instancia se necesita de mucho apoyo de la pareja, del entorno. Con mucha creatividad, seguridad y confianza, cuando el/la bebé pide teta, debería responder esta persona en vez de la mamá ofreciendo una alternativa posible.
Resumiendo, el destete no tiene que ser un proceso doloroso o abrupto en lo posible y no debe tomarse como una pérdida, sino que es una oportunidad de crear nuevas formas de vincularnos con nuestros hijos o nuestras hijas. Es cierto que hay que superar el fin de la lactancia materna, pero siempre hay nuevas etapas que también traen momentos lindos. Con el enfoque y la preparación adecuados, puede ser una transición suave y positiva que abre una nueva etapa de independencia y crecimiento para tu bebé y un nuevo capítulo para la madre. Como siempre, es crucial escuchar y responder a las necesidades de tu bebé y las tuyas durante este proceso. Adaptarse y responder con amor y paciencia es clave para un destete exitoso.
Florencia Tolini
Puericultora