¿Podés comer durante el trabajo de parto?

La respuesta es sí. De hecho, comer durante las primeras etapas del parto suele ser una buena idea, ya que te va a dar un impulso de energía muy necesario, que es probable que necesites a medida que avanza tu parto¹. Es importante consultar con tu obstetra qué hacer en esa situación.

Durante el inicio del parto, es posible que empieces a experimentar contracciones, y podés aprender más sobre los primeros signos y síntomas del parto aquí. En esta etapa, tus contracciones pueden ser incómodas en lugar de dolorosas, y venir a intervalos irregulares. Este es un buen momento para comer y beber si podés, ya que te va a proporcionar la energía que necesitás a medida que tu parto continúa y se vuelve más estable¹. 

Una vez que comienza el trabajo de parto activo, es menos probable que sientas ganas de comer, o tengas la oportunidad de hacerlo, ya que vas a estar enfocada en dar a luz a tu bebé.

Sin embargo, mientras algunas mujeres tienen apetito durante el parto, otras no, así que escuchá a tu cuerpo y respondé en consecuencia. No hay una respuesta correcta o incorrecta aquí. La investigación demostró que no hay diferencia en la duración del parto o en el número de complicaciones experimentadas entre las mujeres que eligen comer durante el parto y aquellas que no².

Si sentís ganas de comer durante las primeras etapas o durante el trabajo de parto activo, comer pequeñas cantidades y con frecuencia te va a ayudar a mantener tu energía, así que las porciones pequeñas entre contracciones son ideales. Otras cosas que puedes intentar, incluyen:

• Evitar alimentos y comidas grandes y pesadas, porque pueden hacerte sentir náuseas e incómoda.

• Optar por alimentos basados en carbohidratos integrales, ya que te van a proporcionar una liberación de energía más lenta y efectiva.

• Evitar los alimentos altos en azúcar, ya que solo te van a dar un aumento de energía de corta duración.

Es importante hablar este tema con tu médico/a obstetra y tu partero/a ya que hay situaciones en las que no es adecuado ingerir alimentos. Una vez internada, es posible que no permitan consumir otros alimentos a los indicados por el médico tratante. 

Algunos de los alimentos más recomendados para el parto incluyen:

• Banana y otras frutas frescas.

• Sándwiches hechos con pan integral y rellenos saludables como pollo, hummus o banana en rodajas.

• Tostadas integrales y galletas.

• Barras energéticas (asegurate de revisar el contenido de azúcar).

• Palitos de pan.

• Frutas desecadas y frutos secos.

Por la energía que usaste para el parto, no es inusual sentir la necesidad de reabastecerse con un rápido impulso de energía. Muchos hospitales te proporcionan rebanadas de pan tostado después del nacimiento de tu bebé, y es posible que hayas escuchado de amigos y familiares que han tenido bebés que el pan tostado que proporcionan es un alimento muy bienvenido y sabroso.

A medida que te preparás para el parto, es importante seguir comiendo una dieta equilibrada y saludable. A medida que se acerca tu fecha de parto, es posible que desees probar a comer comidas pequeñas y ricas en nutrientes con más frecuencia. Si sientes presión en el estómago a medida que tu bebé crece, esto puede ayudarte a sentirte más cómoda.

También es muy importante mantenerte hidratada a medida que avanza tu embarazo.

El parto consume una cantidad enorme de energía, y tu cuerpo requiere una cantidad suficiente de nutrientes para superarlo.

Los estudios sugieren que, además de ayudarte a través de períodos de fatiga, recibir una nutrición adecuada durante el parto puede ayudar a reducir el riesgo de cetosis. La cetosis es una condición en la que el cuerpo usa sus reservas de grasa para obtener energía, con síntomas que incluyen náuseas y dolores de cabeza. Incluso una pequeña cantidad de nutrición, como unos cuantos bocados de pan tostado, un pequeño puñado de pasas o un sorbo de una bebida isotónica, puede proporcionar ese impulso de energía tan importante.

Durante el trabajo de parto, es de esperar que tengas mucha sed. Es importante beber regularmente para reemplazar los líquidos perdidos por el sudor y evitar la deshidratación. Es posible que te preocupe que beber demasiado resulte en que necesites ir al baño con más frecuencia, pero podés estar tranquila de que esto no es malo. Si podés caminar, mantenerte en movimiento con viajes al baño puede ser útil para ayudar a avanzar tu trabajo de parto.

En cuanto a qué beber durante el trabajo de parto, el agua siempre es una buena opción, o los jugos sin azúcar si buscás una alternativa. Es mejor evitar las bebidas gaseosas, ya que, aunque pueden proporcionar energía, también pueden causar náuseas y vómitos. Es una buena idea incluir algunos sorbetes en tu bolso de hospital, ya que esto va a permitir que tu pareja te ayude a tomar sorbos regulares de agua sin que necesites sostener la taza o botella.

A medida que avanza tu trabajo de parto, es posible que quieras considerar una bebida isotónica o una bebida que contenga electrolitos, para darte un poco de energía extra.

A medida que avanzás a las etapas posteriores y tus contracciones se vuelven más regulares, tener bebidas isotónicas o bebidas con electrolitos para el trabajo de parto puede ayudar a proporcionar calorías y energía adicionales si no tenés ganas de comer6. También pueden reducir la probabilidad de cetosis. Quizás conviene abastecerse con anticipación para que tengas esta opción si la necesitás.

Para muchos de nosotros, ese café de la mañana o de la tarde es un elemento básico de la vida diaria, así que si te preguntas si podés beber café durante tu trabajo de parto, siempre es mejor consultar con tu médico, médica, partero o partera debido a su contenido de cafeína.

El trabajo de parto puede ser largo e impredecible, con una duración de hasta 24 horas o más. Como regla general, el trabajo de parto temprano, también conocido como fase latente del trabajo de parto, es la etapa más larga, dándote la oportunidad de descansar, comer y tal vez tomar un baño si eso es algo que te gustaría hacer. Sin embargo, recordá que acá no hay reglas fijas, ya que algunos trabajos de parto son más largos o más cortos que otros.

Si tenés a tu bebé en el hospital, en algunas circunstancias es posible que tengas una estancia más larga de lo esperada. Durante el trabajo de parto temprano, es probable que tu pareja también necesite alimentos para mantener sus niveles de energía, listos para apoyarte en cada paso.